Moisés Naím / El Nacional
Esto pasó hace más de 20 años. Y está volviendo a pasar. Un joven presidente mexicano sorprende al mundo, pero sobre todo a su país. Propone reformas que no tienen precedentes y que chocan con la ideología y con los poderosos grupos de interés que habitan en su partido, el poderoso PRI. Las reformas son aplaudidas por comentaristas internacionales quienes piensan que, de ser implementados, los cambios pueden hacer de México un país más próspero, más justo y menos corrupto. Son una ruta a la modernidad. Pero en México muchos ven las reformas con desconfianza y escepticismo. Algunos dudan de su sinceridad y creen que es simplemente otro truco para privilegiar aun más a los poderosos de siempre. Muchos opinan que los cambios impulsados por el presidente tendrán efectos devastadores sobre la economía y la sociedad mexicana. La izquierda y los nacionalistas ven las reformas económicas como una entrega al imperialismo yanqui. Y muchos empresarios se oponen a los cambios que amenazan a sus lucrativos monopolios. CLIC AQUI para seguir leyendo...
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