Nelson Bocaranda Sardi / Runrun.es
ALTO. HAMBRE ROJOPINTA: De nuevo más turbulencia en lo que queda de las fábricas del sector básico guayanés expropiado por los regímenes de Chávez&Maduro. Esta vez en la planta Casima, otrora fuente segura de exportación y generadora de divisas produciendo acero, pero hoy en terapia intensiva como todas las empresas que producían para nuestro consumo -y exportación- en la República de Venezuela pero que la farsante “república bolivariana socialista del siglo XXI” destruyó y nos retrocedió al menos 50 años. Su dirección sindical -afecta plenamente al PSUV- pide por escrito un incremento de un mil por ciento (1.000%) sobre el salario básico, más un bono mensual de Bs. 15 millones por alimentación o comedor “ante la realidad económica inflacionaria que viven los trabajadores”. En carta firmada, Alejandro Álvarez como Secretario General y Arjonio Farrera como Secretario de Trabajo y Reclamo, le listan a las autoridades de la planta los productos de la canasta alimentaria “la cual sobrepasa los 52 millones de bolívares”. El otrora aguerrido sindicato guayanés señala en su muy motivada comunicación que su solicitud se hace con base al artículo 91 de la propia Constitución Bolivariana que tanto les ofreció falsas villas y castillos a los trabajadores, resultando todo en estatizaciones, cierres de empresas, desempleo, improductividad, malversación, corrupción y crimen entre bandas rojas. Los militares encargados del Complejo Siderúrgico Nacional, los varios ministros de Industria y Comercio que rodean inútilmente a Nicolás Maduro, en la írrita Asamblea Nacional Constituyente, en el Palacio de Miraflores, ¿qué dicen, cómo interpretan y qué van a hacer con este descomunal grito de los trabajadores?. “Nada, no harán nada”, afirma uno de los afectados, portador de la copia de la comunicación entregada. Farsantes, con doble moral, como nunca conoció Venezuela …
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