Por Luis Vicente León | Prodavinci
El gobierno decidió huir hacia adelante convocando una Asamblea Nacional Constituyente en sus propios términos. El tema es que esta convocatoria rompe con la tradición democrática venezolana que plantea (como en todos los países democráticos) que las elecciones para escoger a los representantes, en este caso constituyentistas, sean elegidos en procesos universales (toda la población participa sin sesgos ni segmentaciones, directos y secretos). Es obvio que el gobierno del presidente Maduro no podría ganar una elección de este tipo y entonces hace una convocatoria tipo Frankenstein en la que se eligirá un número descomunal de 500 representantes, una parte en elecciones convencionales y otra seleccionada por los sectores que el chavismo decida (trabajadores, mujeres, indígenas, etc). Un proceso que, por supuesto, estará sesgado y tutelado, garantizando que el gobierno pueda obtener la mayoría que necesita para controlar a la Asamblea. Con esto intenta matar varios pájaros de un sólo tiro. CLIC AQUI para seguir leyendo...
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