Muhammad Ali siempre se caracterizó por una verborrea tan afilada como sus puños. Poco o nada conseguía silenciar al púgil de Louisville, que no se intimidaba con facilidad. Ni siquiera cuando tuvo a un gigante de 213 centímetros enfrente, retándole a un combate tan loco y desigual como atractivo para el público.
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Sucedió en 1971. Wilt Chamberlain, el único jugador capaz de anotar 100 puntos en un partido, pasaba por pequeños problemas económicos y decidió que la mejor forma de salir del bache era retando a Muhammad Ali a un combate de boxeo. El gigante de Philadelphia, con escasa experiencia pugilística, se lanzaba así al que sería el mayor desafío de su carrera. CLIC AQUI para seguir leyendo...
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