Un relato muy jocoso, pero no por eso deja de ser muy realista y de una gran crudeza
CARLOS DORADO | EL UNIVERSAL
La semana pasada, a raíz de mi artículo inspirado en un correo electrónico de una venezolana que emigró a Canadá con su hijo, me llegaron muchos emails. Tristes unos, alegres otros; pero cuyo denominador común es lo polarizados que estamos como país, hasta el punto que una decisión tan difícil y personal como lo es: ¿Emigrar o no emigrar? Se convierte en un debate sin cuartel. CLIC AQUI para seguir leyendo...
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