Marianella Salazar / El Nacional
Las elecciones parlamentarias son el camino menos traumático para comenzar a salir de esta crisis inaguantable. El gobierno utiliza todos los recursos para impedir “como sea” el triunfo de la oposición, pero el amplio margen de votos que sacará la unidad democrática hará muy difícil que se robe el resultado de las elecciones y lo trasmute a su favor. El cambio es un sentimiento nacional, irreversible, de nada vale que amenacen a los empleados públicos con botarlos, que repartan vehículos y bolsas de comida confiscadas a comerciantes en los mercados populares, que obliguen al personal militar a participar en el “Plan Victoria Perfecta” del PSUV, movilizando cada uno a diez personas –entre familiares y amigos–, porque ya perdieron la mayoría de oficiales y tropa profesional, que sufre las mismas angustias, carestía de la vida, desabastecimiento e inseguridad de la población civil, con el detalle de que no pueden salir a protestar y expresar su repudio. Lo que se vive en los cuarteles es una olla de presión. Hoy Fuerte Tiuna es una zona roja, desde que los llamados “colectivos” y la delincuencia controlan los desarrollos de viviendas populares, se ha disparado el índice de criminalidad en ese complejo militar. La mayoría, en los grados subalternos, pasó de la murmuración a las críticas en voz alta hacia los altos mandos militares corruptos y contra las políticas desacertadas del régimen. Esta es una situación que se viene manifestando a raíz de los trágicos hechos de febrero del año pasado contra “lo más sagrado de nuestra patria como es la juventud y los estudiantes”. CLIC AQUI para seguir leyendo...
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