ROBERTO GIUSTI | EL UNIVERSAL
La sorpresa en el resultado de la primera vuelta de las elecciones brasileñas no es el triunfo parcial de la presidenta Vilma Rousseff. Tampoco lo es la derrota definitiva de la candidata socialista, Marina Silva, cuyo triunfo, hasta hace un mes, parecía inevitable. Ni siquiera podría considerarse como sorpresivo el resurgimiento del hasta entonces tercero en discordia, el candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña, Aécio Neves, porque en los últimos días de campaña las encuestas reflejaban la tendencia creciente de su hasta entonces alicaída opción. CLIC AQUI para seguir leyendo...
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