Carlos Blanco / El Nacional
En una democracia, aunque sea cojitranca, los cambios tienen muchas facetas previsibles. Cambia el presidente, los ministros, con frecuencia muchos funcionarios; nuevos rostros se estrenan en declaraciones, pero la sala de máquinas sigue siendo la misma y el murmullo de las ruedas, poleas e ingenios es aproximadamente igual. En una transición como la que se avecina en Venezuela todo será diferente. CLIC AQUI para seguir leyendo...
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