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miércoles, 15 de junio de 2016

La violencia del TSJ. Por César Miguel Rondón


César Miguel Rondón / El Nacional

En un tuit de El Nacional, ayer leíamos que para el embajador venezolano en la OEA, Bernardo Álvarez, la solicitud de ayuda humanitaria para nuestro país lo único que hace es esconder la intención de una invasión. Algo así como que se mueran los venezolanos. Qué importa. La patria soberana hay que defenderla. Para otro momento quedará discutir qué es el patria. ¿Un gobierno o una nación inmensa de millones de habitantes pasando penurias? Eso quedara para otro momento. El criterio de Bernardo Álvarez es el mismo criterio que ha expuesto Calixto Ortega, ahora flamante Magistrado del Tribunal Supremo de Justicia. El Nacional destaca hoy como su gran titular: “La ley que afronta la crisis de salud fue declarada inconstitucional. La Sala Constitucional argumenta, en la ponencia redactada por el ex diputado del PSUV Calixto Ortega, que el parlamento usurpa competencias del presidente en estados de excepción y en materia de relaciones internacionales”. Puntualiza: “La medida de la Asamblea Nacional fue totalmente irracional y desproporcionada”. Y, a la vez, en un acto de adulancia vergonzosa e improcedente en un documento de este tenor, destaca la sentencia que: “son notorios los esfuerzos del Ejecutivo para resolver el desabastecimiento de medicinas creado por la baja de los precios del petróleo”. Lo de menos, tanto para Bernardo Álvarez como para Calixto Ortega, es la situación de los venezolanos. Como es lo de menos para Nicolás Maduro, Cabello, Rodríguez y tantos otros altos personeros del régimen. Lo demás, sin duda, es poder permanecer aferrados al poder. Lo de menos es que se sigan muriendo los venezolanos. Como el dramático caso de la señora Venancia Cárdenas de Rodríguez, de 44 años -narrado hoy por el diario La Nación, de San Cristóbal-, quien se ahogó cruzando a nado el río Táchira, desesperada buscando un medicamento en Colombia que debía tomar todos los días. CLIC AQUI para seguir leyendo...


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