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martes, 7 de junio de 2016

Cuando la congoja nos alcanza. Por Eduardo Semtei


Eduardo Semtei Alvarado / @eduardo_semtei

La definición clásica de la congoja, sentimiento que se presenta de variada forma, incluso bajo un raro estado de ánimo conocido como “guayabo”, es, según el DRAE, una especie de desmayo, una sensación de fatiga, un estremecimiento de angustia o una grave aflicción del ánimo. Los privados de libertad suelen sufrir decaimientos y depresiones, fenómeno bautizado por los presos políticos de los años sesenta del siglo pasado con un nombre asaz gráfico y popular. Los de mi tiempo recuerdan el nombre. Quiero expresar que tengo pena. Tengo angustia. Tengo congoja. Veo en las madrugadas inmensas colas de venezolanos mendingando por comida y sigo sin creer esa brutal realidad. Leo sobre linchamientos a lo largo y ancho de Venezuela y me cercioro de que nos hundimos en un fango de corrupción, de pérdida de valores. Los Semtei somos 10 personas. 8 de ellos están fuera del país. Y así sucede con miles, centenares de miles de familias, incluyendo aquellas chavistas. La destrucción masiva de los tejidos sociales y familiares no pudo discriminar entre gustos y colores. La existencia de unos siniestros personajes llamados “pranes” revela la podredumbre del gobierno y la perversión del Estado. Los colectivos agregan nuevos datos de la pesadilla en que se convirtió Venezuela. CLIC AQUI para seguir leyendo...


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