Thays Peñalver / El Nacional
En este escenario producto de la caída de las bolsas mundiales, los grandes fondos de inversión vuelven a especular temporalmente con materias primas para recuperar sus pérdidas y el barril de petróleo sube como la espuma (aunque no recupere sus glorias pasadas). Los analistas extranjeros de siempre –dícese de aquellos con gigantes carteras especulativas– explican que es el temor a que la OPEP recorte su producción, que un oleoducto que nadie conoce se paralizó, que esta temporada de huracanes es especialmente peligrosa o que Venezuela y Rusia llegaron a acuerdos, hacen que Maduro, como en su día Chávez, se aproveche de esto y convenza a través de gigantes campañas a su gente de que es capaz de hacer subir el precio del petróleo con su sola voz. ¡Se armó un limpio!, piensa buena parte del apoyo que se le fue a Maduro, mientras la situación con Colombia hace que recupere parte de su popularidad al confundir a la gente, el abastecimiento repentino, fruto de un cálculo premeditado con Uruguay, Argentina, Costa Rica y todas las deudas pagadas con millones de toneladas de alimentos. De pronto, la gente ve en pleno período electoral 44 millones de kilos de leche uruguaya en los almacenes, 100 millones de kilos de pollo y carne a precios francamente increíbles. En estos 3 meses se le da a una buena parte del electorado la ilusión de que es posible volver a la prosperidad y que ¡con el PSUV se vive mejor! CLIC AQUI para seguir leyendo...
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