Miguel Salazar - Periodista Editor de Las Verdades de Miguel
MI COMENTARIO DE LA SEMANA
¿Van o no van las elecciones parlamentarias el 6D? Siempre he sido partidario de jugar limpio en los procesos políticos, más si se trata de impulsar una revolución. ¿Por qué?, precisamente, un cambio sólo puede inspirarlo un pueblo consciente. Lo otro es atenerse a una elite que bajo el pretexto de conservar el poder, a como dé lugar, imponga las tramoyas sobre los principios; entonces, sin duda, la revolución estaba condenada al fracaso. Tenemos un sector empeñado en tomar como ejemplo la revolución cubana, calcando su esquema propagandístico fundamentado en la premisa de repetir hasta el cansancio una mentira hasta convertirla en verdad. Es así como sobre la llamada maquinaria descansa la responsabilidad de la manipulación. Insisto en este planteamiento porque prefiero encarar una derrota antes de disfrazarla y con el agravante de desconocer la voluntad popular. Si los electores castigan un proyecto en las urnas es porque discrepan, por lo que es mejor (si ocurre) admitir un revés y fortalecer la retaguardia para corregir lo que haya que corregir, de tal manera de emprender el camino de la reconquista. Para mi es determinante la verdad, si no me quieren me voy. Tendré tiempo de reflexionar y encontrar las razones del desengaño. Si en realidad contamos con una estructura electoral transparente debemos depositar nuestra confianza en ella y velar porque conserve su nitidez. En el actual proceso revolucionario se han impuesto las estrategias particulares, divorciadas de la querencia popular. Tres pilares sostienen ese diseño propagandístico que tuvo sus errores desde el inicio cuando se acudió al Kino electoral para una Constituyente, o cuando reiteradamente se alteran elementos poblacionales para favorecernos en circuitos electorales que nos son adversos.
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