La envidia es mil veces más terrible que el hambre, porque es hambre espiritual
CARLOS DORADO | EL UNIVERSAL
En un artículo anterior les hablé de los pecados capitales según mi madre, y comencé con la avaricia. Hoy quisiera hablarles de la envidia, la cual se caracteriza por un deseo insaciable de disfrutar con la desgracia de los demás. Sin embargo; difiere de la avaricia por dos grandes razones: Primero, la avaricia está más asociada con bienes materiales, mientras que la envidia puede ser más general; segundo, aquellos que cometen el pecado de la envidia desean algo que alguien tiene, percibiendo que a ellos les hace falta o no pueden conseguirlo; y por consiguiente desean el mal al prójimo, y se sienten bien con ese mal ajeno; ya que el solo hecho de que alguien lo tenga y ellos no, les enferma y prefieren que nadie lo tenga, si ellos no lo pueden tener. CLIC AQUI para seguir leyendo...
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