DANIEL ASUAJE | EL UNIVERSAL
Mis amigos se dividen entre quienes simpatizan con Henry Falcón y entre quienes antipatizan con él. La condición polarizante suele tipificar a liderazgos bisagra: los divisores de la historia antes y después de ellos. Falcón es el líder con mayor arrastre en Lara, pero eso no lo hace un líder bisagra todavía. No por falta de ganas, simplemente no ha llegado su hora. Es un hombre calculador y paciente, puede tomar riesgos pero no juega lotería en política. Por ello no se inclina por aventuras, y menos si él no es quien las dirige. Esto explica por qué después de salir del redil chavista no se inscribió en un partido, más bien fundó el suyo. También explica por qué declinó sumarse a "La Salida", prefirió no entrar en un juego de posición adelantada. Cree más en el esfuerzo que en las buenas estrellas. Sabe escuchar, pero se reserva la última palabra, a veces a contrapelo de la opinión de sus consejeros, pues confía mucho en su propio olfato político. Esfuerzo, equipo, olfato y su carisma personal son sus fortalezas. Es muy constante, pero la línea divisoria con la terquedad puede ser difusa. Gusta de las grandes obras civiles y concibe su gestión pública a largo plazo como una epopeya. Estos signos definen quién y cómo es Falcón, pero no despeja incógnitas sobre él ¿Es del gobierno o de la oposición? ¿Es un oportunista saltador de talanqueras o es un político con sentido de la oportunidad? Identifiquemos algunas variables que permitan despejar la incógnita. CLIC AQUI para seguir leyendo...
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