ORLANDO VIERA-BLANCO | EL UNIVERSAL
Fue notable la frase que le espetó el joven Bill Clinton a su rival George Bush padre, en la campaña presidencial de EEUU-92. En momentos que Bush lucia imbatible por los éxitos de su política exterior, el fin de la guerra fría y la guerra del Golfo Pérsico, el estratega de Clinton, James Carville, le recomienda que aborde los problemas cotidianos de los americanos. Así emerge el demoledor "¡es la economía, estúpido!", como eslogan fulminante y suficiente para conectar con su pueblo. Clinton, un político "naranjal" en un país guerrerista, alcanza una victoria inesperada. Pero en el caso venezolano, lo económico no es el conector... CLIC AQUI para seguir leyendo...
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