Manuel Malaver / Por la conciencia
Que a Robert Serra lo asesinaran en su casa y sin que sus asesinos encontraran resistencia de cerrojos, porteros, escoltas o cámaras de grabación ya explica varias cosas, la más importante de las cuales es que, víctima y victimarios eran panas, amigos, camaradas, cofrades que se encontraban con frecuencia para realizar convites, donde planificaban tareas, o discutían teoría revolucionaria, o quien sabe si participaban en ritos de algunas de las religiones etnocéntricas a que son tan aficionados los hijos del “presidente eterno”. CLIC AQUI para seguir leyendo...
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