Venezuela ya repudia, decidida, a quien intentó contaminar su alma. A quien intentó cambiarla a ella
CARLA ANGOLA RODRÍGUEZ | EL UNIVERSAL
Los poetas sabían que el ucevista iría a la guerra, con un canto infinito de paz. Confiaban en que las azules boinas, empujarían hacia el alma la vida, en un mensaje de marcha triunfal. Que el Alma Mater, siempre sería abierto cabildo, donde nuestro pueblo podría redimir su voz. El vate deseaba para todos un destino amable y, el ruego, se volvió juventud. Pero los iracundos violentan la academia, desnudan al aprendiz que sólo quiere instruir libertad y, se vuelven tan primitivos, que su crueldad no requiere motivo, sólo oportunidad. Lea el Artículo Completo AQUI ...
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