DÁMASO JIMÉNEZ | EL UNIVERSAL
"No es que vamos a sacar a la gente de la pobreza para llevarla a la clase media, para que después aspiren a ser escuálidos".
Yo no creo que al ministro Héctor Rodríguez se le chispoteó la vileza que quedará grabada para siempre en la historia de la infamia en Venezuela, pero en una vuelta de tuerca, para desmarcar a los pobres de las manifestaciones que han tomado las calles del país, el joven burócrata no solo vertió en una simple frase toda la teoría estructural en la que se basa la supervivencia de la revolución chavista, sino que evidenció justamente que esa pobreza es el único capital con la que ha contado toda esta farsa montada por el castrocomunismo para seguir apoderándose de las riquezas de Venezuela. Son los últimos días de Pompeya.
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