ALEXANDER CAMBERO | EL UNIVERSAL
Los cobardes la retuvieron al llegar a Maiquetía. Salieron presurosos a tratar de amedrentarla y se encontraron con un fortín amurallado de dignidad. Con una líder que no sabe recular sino que enfrenta con decisión cualquier patraña oficial. El régimen ante la avalancha popular tuvo que quedarse con los crespos hechos. Fueron extraordinarias las muestras de adhesión que recibió al cruzar los pasillos del aeropuerto, con una bandera de la patria que iluminaba su rostro agradecido. Lea el Artículo Completo AQUI ...
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