No es difícil imaginar las intranquilas divagaciones de la familia del comandante
ARGELIA RÍOS | EL UNIVERSAL
No es difícil imaginarlos. Al fin y al cabo, llevan el apellido del comandante. Para bien y para mal, el hecho representa un compromiso. El clan de los Chávez también posee una responsabilidad en la preservación del legado del fundador del "proceso". De alguna manera, todos los miembros de la familia han de sentirse como los custodios más genuinos de su memoria. Digan lo que digan, son ellos los verdaderos herederos. A siete meses de la desaparición física de su insigne pariente, cada uno de los Chávez debe tener una valoración del modo como están evolucionando las cosas en el país. Durante catorce años estuvieron muy cerca del "eterno" y, con seguridad, conocieron mejor que nadie sus últimas inquietudes. No es improbable que a estas alturas ya se hayan conformado un juicio crítico sobre la administración sucesoral y sobre la dolorosa pertinencia de las preocupaciones que sobresaltaban al presidente en sus últimos suspiros. Lea el Artículo Completo AQUI ...