ALBERTO JOSÉ HURTADO B. | EL UNIVERSAL
La intervención del sector público en la economía, mediante la fijación de precio máximo para el intercambio de bienes y servicios, distorsiona las relaciones entre productores y consumidores al generar un excedente de demanda que se justifica en la oportunidad excepcional que encuentran los demandantes para adquirir mercancías a un precio inferior al determinado por el mercado, al mismo tiempo que los oferentes no encuentran incentivos para llevar a cabo la actividad productiva necesaria para colocar sus productos en los anaqueles. Los bajos inventarios de bienes disponibles en el mercado se racionan y se asignan a los sujetos económicos que estén dispuestos a realizar colas, anotarse en listas, o asumir el costo (en términos de tiempo y dinero) que implica visitar múltiples establecimientos comerciales para identificar el lugar donde existan unidades del producto que se desea adquirir. Lea el Artículo Completo AQUI ...