Fausto Masó / El Nacional
Si Maduro lo piensa dos veces, mejor se anda con cuidado con los motorizados, los personajes más peligrosos de Caracas. Debe tratarlos con guantes de seda, no molestarlos, complacerlos. Lo está haciendo. En esta lastimosa dictadura, todos hacen lo que les da la gana, pero en medio de la anarquía generalizada nadie supera a los dueños de la calle, capaces hasta de moverse por las aceras, burlarse de cualquier alcabala. Ellos son el símbolo de la revolución, y a los automovilistas les conviene arrodillarse frente a un bárbaro sobre dos ruedas. A sus peligrosas tribus las teme la propia la Guardia Nacional Bolivariana. Lea el Artículo Completo AQUI ...