DÁMASO JIMÉNEZ | EL UNIVERSAL
Una de las debilidades que más resaltan en Miguel Ángel Pérez Pirela, el nuevo candidato del presidente Maduro para la alcaldía de Maracaibo, es esa especie de arrogancia enfermiza de los que toman distancia del lumpen que dicen representar y defender, porque todo lo hacen desde la perspectiva de su siempre bien amado enclave de poder. Llegó a la ciudad más para definir su cuota como cortesano del monte Olimpo oficialista que para comenzar la ardua tarea de patear barrios y compartir con la dirigencia de base, que se ha batido contra el inclemente Sol casa por casa para conseguir votos en procesos anteriores. O para conocer el rostro de la gente de los barrios, que ahora entiende mucho más de política de lo que muchos estudiosos analistas creen, cada vez que "la maquinaria" se aparece con camiones repletos de lavadoras y electrodomésticos para intentar comprarlos en cada proceso electoral. Ver Artículo Completo...