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miércoles, 21 de agosto de 2013

Opinión: La Asamblea de la vergüenza. Por Alexander Cambero

ALEXANDER CAMBERO | EL UNIVERSAL

Hemos descendido hasta lo más profundo de la ciénaga. La actual Asamblea Nacional es una vergüenza para una nación que se preció de contar con un escenario en donde el país debatía entre ciudadanos probos. Añorados los tiempos cuando las tribunas vibraban con el verbo encendido de Andrés Eloy Blanco, aquel mago de las palabras desenfundaba su espada literaria para esparcir hermosas notas que homenajeaban a nuestro idioma castellano. Un hombre de vida austera, que jamás perdió su raíz enclavada en el alma popular, que hizo que compañeros y adversarios lo respetaran con la misma pasión que dejaba en sus discursos. En la bucólica Caracas de antaño, muchos parroquianos se apiñaban frente a los pocos radios de galera de la marca alemana Telefunken, para escuchar los debates de la asamblea nacional constituyente del año 1947. Allí el gran bardo cumanés destacaba como ninguno. Los años fueron dejando la impronta de venezolanos ilustres. La decadencia se fue apoderando de todo. Los grandes virtuosos fueron desapareciendo, vinieron épocas de esplendor y momentos turbios; surgieron entonces las almas mediocres, los seres de podrida entraña. Personajes que llegaron al gran escenario nacional, para enlodarlo todo, con la putrefacción de sus espíritus, huérfanos de honestidad e idoneidad para los cargos. Fueron hábiles para escalar posiciones protagónicas, llegaron amparados por un terremoto electoral que los hizo los dueños del circo infame. Ver Artículo Completo ...