Por Luis Vicente León | El Universal
La semana pasada desarrollé un par de escenarios que creo son los de mayor probabilidad de ocurrencia en Venezuela. Hoy profundizo sobre este tema, entendiendo que las ciencias sociales son inexactas y que estas proyecciones son sólo hipótesis educadas. El primer escenario es en el cual la presión por el cambio se enfrenta a una determinación total del gobierno a evitarlo a toda costa con represión y bloqueo institucional. Mientras el gobierno crea (o sepa) que su salida lo dejaría vulnerable y sometido a la rabia y la venganza de la misma sociedad a la cual violó y abusó, la probabilidad de que entregue el poder sin luchar a muerte es muy baja. Considerando la fuerza que sigue teniendo en términos del control de recursos, medios, instituciones, armas y militares, no es descabellado pensar que luego del clímax de convulsión interna, la protesta comience a ceder fuerza y la apatía crezca en una buena parte de la población opositora, reduciendo los estímulos al sacrifico para provocar el cambio. Pero la diferencia de este escenario con el ocurrido en 2014, es que se quedan grupos de violencia focal que se niegan a abandonar su lucha. Se concentran, radicalizan y arman y dan pie a la guerrilla y la convulsión permanente. CLIC AQUI para seguir leyendo...
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