Fausto Masó / El Nacional
En un abrir y cerrar de ojos a Nicolás Maduro le sobrarían los dólares, pero nunca aceptará que el padre eterno metió la pata cuando trajo el oro para Caracas; bastaría que lo enviara de vuelta a la Banca de Londres, porque ese oro en Londres serviría de garantía para préstamos inmediatos de miles de millones de dólares, como se hacía en el pasado, a un interés bien bajo. Los dólares seguirán bajo la cama de Maduro y terminará vendiendo Citgo y hasta la plaza Venezuela para pagar las importaciones de aspirina, azúcar, café y hasta toallas sanitarias. Lea el Artículo Completo AQUI ...
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